lunes, 27 de febrero de 2012

Seisensui y Hôsai.

Seisensui y Hôsai.

Para comprender por completo la poesía de Hôsai es esencial conocer algo del poeta que ejercerá sobre él una gran influencia: Ogiwara Seisensui (1884 – 1976). El discípulo innovador de Shiki, Hekigodô, fue profesor de Seisensui. Fue Hekigôdo el que abriría la primera brecha en en el haiku tradicional al estilo de Buson e instauraría los cambios de los que hablaremos con detalle en la sección dedicada al haiku de forma libre. En 1911, Seisensui comienza la publicación de una revista llamada “Soûn”. Sería una revista revolucionaria que publicaría muchos de los versos “experimentales” de Hôsai. En 1912, primer año de la era Taishô, Seisensui rompe con Hekigodô a raíz de los “kidai”, las referencias estacionales. La convicción de Seisensui era que los “kidai”, conocido por todos como “kigo” no eran necesarios en el haiku. Hekigodô no quería aceptar esta premisa, lo que ocasionaría su ruptura.

Seisensui fue escritor prolífico en críticas literarias, teorías poéticas y del nuevo desarrollo del haiku. Por ello, se considera que sus teorías y sus críticas tienen más importancia que su poesía. En tanto que editor de “Soûn”, abre al haiku un mundo nuevo en el haiku experimental que se desarrollará rápidamente en la era Taishô en Japón.

La vida de Seisensui, en contra de la de Hôsai fue confortable y segura. Su poesía es de un contenido relativamente tradicional y le falta la fuerza necesaria para sostener o justificar el cambio radical de la forma. A pesar de ello, la influencia de Seisensui en cuanto a la forma se combinó con las intensas visiones poéticas en la obra de dos haijines: Ozaki Hôsai y Taneda Santôka.

blancas o rojas

las flores de camelia

todas esparcidas

Hekigôdo

(Haiku no incluído en la traducción del francés).

Una serie de traducciones...

Comienzo aquí una serie de traducciones que, gracias al permiso del autor (Stephen Wolfe) y de Daniel Py, traductor al francés, iré publicando en días sucesivos. Daniel Py, en su blog (visible en la lista de blogs) , dedicó una serie de entradas al haiku en forma libre y a los dos haijines más representativos de este movimiento contemporáneo japonés en el haiku: Hôsai y Santôka.
Las entradas son:

4. La era Taishô y el haiku de forma libre.

Agradezco, de nuevo, a nuestro compañero haiijin francés Daniel Py y al autor en inglés el permiso para traducirlo al castellano e ir, así, ampliando nuestros conocimientos sobre dos de los haijines más leídos actualmente en Japón y con una vida tan similar en errancia y vivencia del haiku.

domingo, 26 de febrero de 2012

Haiku 68.


atardecer invernal -
el cierzo mueve
las flores del almendro

domingo, 19 de febrero de 2012

Mi biblioteca haijin (IX)


La gran y mejor (hasta el momento) antología de haiku en castellano. 30 haijines españoles, hispanoamericanos e, incluso, uno búlgaro (K. Dimitrov) con sus respectivos haikus y un comentario de los 30 haikus escritos en castellano que más valoraba, en su momento, Vicente Haya. Una plataforma de lanzamiento para el haiku en castellano. Imprescindible.


Sabe a lápiz
el agua de la fuente
¡Mi infancia!

Frutos Soriano


viernes, 17 de febrero de 2012

Haiku y Música (II)


Pasar al fuego alegres, quietos días
mientras la lluvia fuera baña a ciento;
caminar sobre hielo a paso lento
por temor a caer sin energías.

Extraído del soneto que inspiró a Antonio Vivaldi la música.

la nieve
cae sobre la nieve:
quietud

Santôka

miércoles, 15 de febrero de 2012

Haiku 67,


sol de invierno -
el anciano con muletas
vuelve a pasear

"Santôka" por R. H. Blyth (IV)

En esas anécdotas sobre Santôka, vemos la naturalidad de su vida, su desprendimiento hacia las cosas y carencia de planes en todo.

Puso cada grama de su energía espiritual en sus versos, los cuales estaban, a menudo, libres de forma fija y de palabra estacional, tal y como hiciera su maestro Seisensui. Nos recuerda a Pascal, Kierkegaard, Kafka, Kraus, Rilke y otras “mentes desheredadas”. En sus versos, combina el Zen, el Budismo y ascetismo japonés. Esto último implica una apreciación innata de la transitoriedad de la vida, del valor de la existencia.

Ushiro-sugata no shigurete yuku ka

Ver mi espalda mientras camino,

¿calado por la lluvia de invierno?

Podemos compararlo con estos versos que Issa escribió en una de sus dibujos:

Ushiro kara mite mo samuge na atama kana

Incluso vista por detrás

su cabeza se ve

fría.

Pero el haiku de Santôka, según mi opinión, es mejor porque nos da una imagen de él mismo viéndose por la gente que lo puede estar observando.

martes, 14 de febrero de 2012

¡Gracias!

Avenida de árboles en un pequeño pueblo (Alfred Sisley)


10.000 visitas...¡Gracias! 有り難う arigatô


está el haiku
en el viento de otoño
pero está en todo...

Kyoshi (1874 - 1959)

(Haiku tomado de "Instantes" Ed. Hiperión)



domingo, 12 de febrero de 2012

Haiku 66.



sábado, 11 de febrero de 2012

Mi biblioteca haijin (VIII)


Este es un libro fruto del esfuerzo y, sobre todo, del amor al haiku. El autor, Juan Carlos Moreno, es un buen haijin, pero ante todo, un mejor amigo y persona. Poco más puedo añadir a la trayectoria de Juan Carlos, conocido en todos los rincones del haiku hispanoamericano. Un gran libro cuyo título y haiku final siempre me recuerdan a ese otro de nuestro querido y admirado Santôka:

pequeña presa:
el sonido del agua
lo llena todo


kokoro ochitsukeba
mizu no oto

mi corazón está en calma -
el ruido del agua

(Taneda Santôka)


jueves, 9 de febrero de 2012

"Santôka" por R. H. Blyth (III)

Aunque Santôka no tenía arroz, el deseaba, ante todo, comprar sake para beber y era imposible encontrar dinero en su bolsillo. Alguien le dio un “tombi”, una especie de abrigo usado en la era Meiji. Santôka estuvo muy agradecido, aunque tras dos o tres días se lo volvió a regalar a otra persona. Un otoño Seisensui vino a verlo y le dio un trozo de caligrafía que se refería a su choza-ermita, Gochu ichinin, Santôka lo hizo enmarcar y durante un tiempo le gustó…pero también acabó regalándolo.

El punto de vista sobre la vida, lo escribió Santôka en su diario:

"No creo en un mundo futuro. Niego el pasado. Creo por completo en el presente. Debemos emplear nuestro cuerpo y nuestra alma en este momento eterno. Creo en el espíritu universal y rechazo el espíritu de cualquier hombre en particular. Cada criatura viene del Todo y vuelve a él. Desde este punto de vista debemos decir que la vida es un acercamiento, una aproximación; la muerte es un retorno."

Mi biblioteca haijin (VII)

El haiku contemporáneo japonés (salvo Santôka y Hôsai) no es todavía demasiado conocido. En este libro encontramos los haikus del profesor de matemáticas Kawaguchi Teiichi (1922 - 1992). En cada uno de sus haikus se aprecia la modernidad occidental llegada al Japón, sin olvidar ese ancestral respeto por la naturaleza.


Kusamomiji
izure no sô no
mushôtô



Sobre la tumba
un manojo de hierbas
¿para qué bonzo?

martes, 7 de febrero de 2012

"Santôka" por R. H. Blyth (II)

Hay unas cuantas anécdotas de la vida de Santoka, tomadas del “Haijin Santôka” escrito por Oyama Sumita. Cuando el autor visitó Gochuan, la cabaña-ermita donde Santoka vivió durante el año 1938, Santoka le preguntó si había comido al mediodía. .Al enterarse de que no lo había hecho, trajo un cuenco de hierro de arroz y un solo pimiento y lo puso sobre el tatami. Oyama casi lloraba de lo caliente que estaba. Santôka estaba sentado mirándolo, y al ser preguntado "¿Por qué no comes?" le dijo: "Sólo tengo un cuenco." Pensando en Ryôkan terminó su arroz. Santôka tomó el cuenco, lo llenó de arroz (que estaba mezclado con la cebada y otras cosas) y se lo comió junto con los restos del pimiento. Santoka lavó el recipiente en el agua donde se limpia el arroz pues no tiró el agua. De la misma forma, lo utilizó para lavar el suelo y luego como abono para su jardín pequeño.

Durante un mes de diciembre, el autor permaneció una noche con Santôka. Había solo una colcha, por lo que Santôka se la dio junto con tres revistas de Kaizo o Bungei Shunju para apoyarse y desplegó sobre él su propia ropa interior, la ropa de verano y todo lo que quedaba en el armario. Santôka puso su pequeño escritorio sobre él, recordándo lo que Thoreau dijo en “La Semana de la Concordia”, el jueves:

“A medida que aumentaba el frío hacia la medianoche, me envolví completamente entre las tablas, poniendo, incluso, una tabla encima de mi, con una gran piedra, para manterme debajo.”

Al final, se durmió y cuando se despertó al amanecer encontró a Santôka sentado junto a él haciendo “zazen” aún.

(Continuará)

domingo, 5 de febrero de 2012

"Santôka" por R. H. Blyth (I)

"Santoka" por R. H. Blyth

en: Una historia del Haiku.
Tokyo: The Hokuseido Press, 1964. Volume 2: De Issa al Presente. pp. 173-88.

Dar a un poeta moderno todo un capítulo a él mismo, aunque poco extenso, puede parecer extraño, pero así es, puesto que Santôka pertenece a ese pequeño grupo de poetas-mendigos; Rotsu es otro ejemplo al igual que Basho e Issa. Santôka, nace en el año 1882. Es hijo de un terrateniente en la prefectura de Yamaguchi. Después de retirarse de la Universidad de Waseda, debido a una crisis nerviosa en 1904, se casa y establece una tienda de licores con su padre que fracasaría y caería en bancarrota en el año 1916. Santôka había empezado a escribir haikus alrededor del año 1911, bajo Seisensui. Se separa de su mujer en el año 1920 y prueba suerte en diferentes tarbajos, aunque no desarrolla ninguno de ellos. Desde el año 1926, con un paraguas (“kasa”) y un cuenco, comienza a deambular por todo Japón durante ocho años. Tras esto se retira a una ermita en 1932 en el exterior del templo Miyukidera y vuelve a la prefectura de Yamaguchi. Acaba su vida de vagabundeo y alcoholismo en el año 1940.

(Con el permiso de Gabor Terebess)

(Continuará)

viernes, 3 de febrero de 2012

Mi biblioteca haijin (VI)


"El camino del viento" es uno de los últimos libros de haiku publicados en español. Lo conocimos en el II Encuentro Hispanoamericano de Haiku, celebrado en Aýna este verano. Una genial y preciosa colección de haikus de Meredes "Kotori", José Luis Vicent, Felix Arce "Momiji", Orzas y Gio Jara, prologado por Susana Benet. Un recorrido por el haiku de más cercano y más puro sabor japonés. He elegido dos haikus, estos dos haikus, aunque si hubiera abierto el libro al azar, al más puro estilo dadaísta, habría sin duda acertado con cualquiera de los escritos a lo largo de sus 162 páginas.


Brisa en los álamos;
el graznido de un cuervo
por la quebrada.

Mercedes Pérez "Kotori"

Senda nevada;
el murmullo del río
mientras camino

JL Vicent

miércoles, 1 de febrero de 2012

Haiku 65.


llovizna -
el olor de la almazara
llega al olivar

Un texto de Anthony de Mello.


Erase una vez un bosque en el que los pájaros cantaban de día, y los insectos de noche. Los árboles crecían, las flores prosperaban, y toda clase de criaturas pululaban libremente.

Todo el que entraba allí se veía llevado a la Soledad, que es el hogar de Dios, que habita en el silencio y en la belleza de la Naturaleza.

Pero llegó la Edad de la Inconsciencia, justamente cuando los hombres vieron la posibilidad de construir rascacielos y destruir en un mes ríos, bosques y montañas. Se levantaron edificios para el culto con la madera del bosque y con las piedras del subsuelo forestal. Pináculos, agujas y minaretes apuntaban hasta el cielo, y el aire se llenó del sonido de las campanas, de oraciones, de cánticos y exhortaciones...

Y Dios se encontró de pronto sin hogar.

La oración de la rana, ANTHONY DE MELLO


en mi cabaña
no hay nada y está todo:
¡la primavera!

Sodô (1642 - 1716)