Erase una vez un bosque en el que los pájaros cantaban de día, y los insectos de noche. Los árboles crecían, las flores prosperaban, y toda clase de criaturas pululaban libremente.
Todo el que entraba allí se veía llevado a la Soledad, que es el hogar de Dios, que habita en el silencio y en la belleza de la Naturaleza.
Pero llegó la Edad de la Inconsciencia, justamente cuando los hombres vieron la posibilidad de construir rascacielos y destruir en un mes ríos, bosques y montañas. Se levantaron edificios para el culto con la madera del bosque y con las piedras del subsuelo forestal. Pináculos, agujas y minaretes apuntaban hasta el cielo, y el aire se llenó del sonido de las campanas, de oraciones, de cánticos y exhortaciones...
Y Dios se encontró de pronto sin hogar.
La oración de la rana, ANTHONY DE MELLO
en mi cabaña
no hay nada y está todo:
¡la primavera!
Sodô (1642 - 1716)
eliges unos haikus preciosos.
ResponderEliminarun abrazo
;-)
ResponderEliminarGracias, José Ángel, me gusta que te guste mi "selección" de haikus.
Un abrazote.