Santôka (1882 – 1940) fue un monje zen errante, conocido como “unsui”; fue, quizá, el creador más célebre y conocido del haiku de forma libre. Cuando tenía cerca de cuarenta años, se convierte en monje budista para intentar cambiar su vida de bebedor asiduo. Con su sombrero de bambú (kasa), su cuenco de mendigar (tepatsu) y sus hábitos de monje (hoe), recorre Japón escribiendo poesía.
Al igual que Hôsai, la vida de Santôka fue una existencia extrema de aislamiento del mundo común (inton). La obra de estos dos poetas refleja un mundo de ascetismo acompañado con una sensibilidad viva y penetrante. La materia poética de la poesía de Santôka no es, sin embargo, tan variada como la de Hôsai. Los temas principales de Santôka y más abundantes son: la errancia, la vida en la naturaleza, la mendicidad, la nostalgia en la vuelta al hogar y la belleza de la naturaleza. La materia poética de Hôsai no se limita a ideas fijas o recurrentes, aunque las imágenes infantiles, de ventanas y de sombras aparecen con relativa asiduidad. Sus temas son tan variados que se le critica, a menudo, por la utilización de imágenes no poéticas. En la selección que sigue de poemas de Hôsai se observará la gran cantidad de temas que emplea.
No se sabe con certeza si Hôsai y Santôka se encontraron alguna vez, pero se sabe que ambos leyeron respectivamente sus haikus en la revista de Seisensui, “Soûn”. Parece evidente que los dos se influenciaron mutuamente y que, algunas veces, mantien
en un diálogo a través de

sus versos. El poema de Hôsai:
un cuervo desaparece en silencio
tuvo como respuesta este de Santôka:
un cuervo grazna
yo también estoy solo
(Continuará)