jueves, 25 de agosto de 2011

La mariposa y Moritake...


¿Una flor caída
volviendo a la rama?
¡Era una mariposa!

Arakida Moritake (1473 – 1549)

Solo cuando un haijin vive lo que otro está contando, es cuando aprecia en toda su intensidad un haiku. Es lo que me sucedió hace unos días. Era un paseo entre las montañas, árboles y piedras inmensas que se recorre entre Echternach y Bedford, dos pueblecitos de la Pequeña Suiza Luxemburguesa. El paisaje es impresionante. Las hojas de los árboles comienzan a amarillear, lo que ocasiona también que, con algo de premura otoñal en el verano, comiencen a caerse las hojas de los árboles.

En uno de esos instantes, casi místicos de observación atenta de la naturaleza que nos rodeaba me pareció ver una mariposa amarilla con un vuelo hacia el suelo rápido…mas cuál fue mi sorpresa al ver que lo que había pasado fugaz ante mis ojos, con un velocidad inusitada, no era una mariposa…sino una hoja recién caída…Mi mente volvió para atrás varios años y viajó repentinamente a Japón…

Por un momento, supe (o eso creo) lo que sintió Moritake al escribir su haiku más conocido, no era una flor, sino una hoja seca...y una mariposa. Y la mariposa de Moritake subía de nuevo, mientras que la mía bajaba al suelo...

las hojas caen…
yo también creía
que era una mariposa

2 comentarios:

  1. Hermoso haibun, Antonio.
    Con ese parentesco tan cercano entre el haiku de Moritake y tu vívida experiencia.
    Es admirable cómo el tiempo se desvanece, y lo percibido por aquel haijin, en aquel entonces, se repite casi exactamente ante tus ojos, ahora.

    Gracias por compartir este momento.

    Desde "Hojas de Haiku", un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias, Juan Carlos por tus visitas y tus comentarios! ;-)

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar