
En el libro “L’art du haïku”, se comenta que a Hervé Collet, conocedor y editor de poesía china y japonesa, se le pidió que hiciera una definición de lo que sería un “buen” haiku. Para responder a esta cuestión, se sirvió de un cuento zen anónimo:
El maestro se subió en el púlpito y, en el mismo momento en el que iba a comenzar el sermón del día, un ruiseñor comenzó a cantar. Cuando le pájaro hubo finalizado de cantar, el maestro dijo: “Es todo lo que yo quería decir”. Después, se despidió.
¡Excelente, Antonio!
ResponderEliminarEs todo lo que tengo que decir... Y me despido.
Un fuerte abrazo.
Si es que los pájaros son mas listos que el hambre...jejejejeje.
ResponderEliminarYo también me despido.
Saludos, Mercedes.
A mí este texto también me recordó, un poco, a la canción de Manolo García:
ResponderEliminarSi lo que vas a decir
no es más bello que el silencio
no lo vayas a decir...
Gracias a los dos!!!
a veces, sobran las palabras...
ResponderEliminarmuy bello.
un saludo
Mercè, gracias por los comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo.