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jueves, 20 de enero de 2011

No sólo de haikus vive el haijin (I)


El haijin no solo lee haikus (aunque lo parezca), aunque, a veces, encuentra textos de tan sublime belleza que no pueden sino ser admirados y calificados como haikus en prosa, en cuanto a la esencia y al contenido, aun faltando la métrica. He aquí, un texto que encontré en la novela del ya fallecido escritor y premio Nobel japonés Yasunari Kawabata.


Aún cuando era la época en la que los cerezos están en flor, era muy poca la gente dispuesta a visitar el lugar con lluvia. Ésa era otra de las razones por las cuales Otoko amaba la lluvia. La brumosa lluvia primaveral suavizaba el perfil de la montaña que se levantaba más allá del río y la embellecía aún más. Tan mansa era la lluvia que las dos mujeres apenas si advirtieron que se estaban mojando, mientras caminaban de regreso al coche. Ni siquiera se molestaron en abrir los paraguas. Los delicados hilos de agua caían en el río sin alterar su superficie. Las flores del cerezo se entremezclaban con tiernas hojas verdes y los colores de los árboles florecidos se esfumaban en la lluvia con matices sutiles.


Yanusari Kawabata, Lo bello y lo triste. (Emecé Editores)