viernes, 8 de junio de 2012

Haiku 80.


puerta abierta...
ante la casa abandonada
las amapolas

5 comentarios:

  1. Hermoso contraste, Antonio.
    En ese sitio habitado solo por el abandono y la soledad, la primavera le pone vida. La gracia y el color de sus amapolas...

    Gracias, amigo.

    Un abrazo.

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  2. Si "hablásemos" desde el punto de vista de la propia naturaleza antes bien que desde el punto de vista humano, podría decirse que frente a la frágil belleza de las flores que la primavera "expresa", el cemento, los portones y cerraduras de una casa abandonada..., afean y embrutecen a esa misma efímera pero renovada belleza natural.

    Saludos
    JL

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  3. Pues me encanta este haiku, la impermanencia se hace notar con fuerza y belleza, me gusta mucho de verdad.

    Un abrazo Antonio

    Me hace gracia lo que dice Jose Angel jaja

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  4. @josé ángel: me gusta que te guste aunque no sepas por qué te gusta. :-)

    @ Juan Carlos: efectivamente, llama la atención la eterna vuelta de la primavera a todos los sitios, incluso los dejados por el hombre.

    @ JL: ese cemento, esos portones, esas cerraduras siguen llegando al corazón. Tengo especial predilección por estos pueblos abandonados, donde uno se siente en paz consigo mismo y, algunos de ellos, ubicados en entornos idílicos...es lo que trae la modernidad, JL, ya se sabe...

    @ Xaro: ante la impermanencia de lo abandonado, la primavera sigue repitiendo su guión permanente, ¿verdad?

    Cómo no recordar, siempre en estos casos, el haiku de Sodô:

    en mi cabaña
    no hay nada y está todo:
    ¡la primavera!

    Un fuerte tetra-abrazo. :-)

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