Vistas al Yelmo es un blog de haiku, esa pequeña estrofa de origen japonés que ha impregnado otras lenguas y que tanto tiene que decir. El nombre hace referencia a la veneración que siento por el Yelmo (casi como la que sienten los japoneses por el monte Fuji) , una de las cumbres de la Sierra de Segura jienense que durante años vi al levantarme.
Hôsai fue el pseudónimo de Ozaki Hideo, testigo del nacimiento del haiku libre. Sus versos están impregnados de la soledad que vivió, fruto de su aislamiento, pobreza y mala salud hasta el final de sus días.
Hôsai nació en lo que hoy es parte de la ciudad de Tottori, en la prefectura del mismo nombre. Hôsai se interesó por le haiku y empezó a escribirlos desde niño. Fue influenciado por el pionero del verso libre en el haiku: Ogiwara Seisensui.
Honsui asistió a la prestigiosa Universidad Imperial de Tokio, graduándose en el año 1909. Durante este periodo, él propuso matrimonio a una conocida y pariente lejana por parte de madre. Desafortunadamente para Hosai, su hermano mayor se opuso al matrimonio debido a la relación familiar que había. Inmediatamente después de este fracaso, Hosai comenzó a beber en abundancia, llegando a ser un verdadero alcohólico, situación que continuaría a lo largo de su vida. Muchos autores creen que esta negativa fue la causa inicial de su temprano alcoholismo. Aunque el había usado durante mucho tiempo el pseudónimo de Hosai escrito con los caracteres japoneses "芳哉", durante este periodo lo cambió para usar "放哉" (pronunciado de la misma forma). Este cambio es, quizás, tan significativo como el cambio también de su carácter, cuyo significado pasa a ser “liberar, haberse liberado, desterrado, libre”.
Después de su graduación, trabajó para la compañía de seguros Nihon Tsūshin en Octubre de 1909, pero fue despedido un mes más tarde por tu incompetencia. Al año siguiente, entró en otra compañía aseguradora, donde durante un tiempo consiguió dominar sus problemas.
Después de algunas promociones, se casó en 1911 con una chica de 18 años. Tras esto, uno de sus subordinados afirma que Hosai “olía a alcohol todas las mañanas”. Durante el mismo periodo, Los problemas con el alcohol de Hôsai empeoran y deja Tokio en el año 1920, a la edad de 36 años. Se convierte en monje budista mendicante. En el año 1926 se instala en la isla de Shodoshima, en la prefectura de Kagawa, junto al mar Inland y consigue un puesto en la pequeña erminta de Nanko-an y en el templo de Saiko-ji. Con estas obligaciones severas en su forma de vida y sin posesiones materiales, comienza a escribir haikus ferviente y concienzudamente. Su única antología, Daiku, contiene poemas de sus últimos meses en soledad y fueron publicados después de su muerte.
El haiku más conocido, quizá, de Hosai es este:
咳をしても一人
seki o shite mo hitori
que en traducción de José María Bermejo queda así:
hasta tosiendo me siento solo...
En una version francesa, he encontrado la siguiente traducción:
El haijin no solo lee haikus (aunque lo parezca), aunque, a veces, encuentra textos de tan sublime belleza que no pueden sino ser admirados y calificados como haikus en prosa, en cuanto a la esencia y al contenido, aun faltando la métrica. He aquí, un texto que encontré en la novela del ya fallecido escritor y premio Nobel japonés Yasunari Kawabata.
Aún cuando era la época en la que los cerezos están en flor, era muy poca la gente dispuesta a visitar el lugar con lluvia. Ésa era otra de las razones por las cuales Otoko amaba la lluvia. La brumosa lluvia primaveral suavizaba el perfil de la montaña que se levantaba más allá del río y la embellecía aún más. Tan mansa era la lluvia que las dos mujeres apenas si advirtieron que se estaban mojando, mientras caminaban de regreso al coche. Ni siquiera se molestaron en abrir los paraguas. Los delicados hilos de agua caían en el río sin alterar su superficie. Las flores del cerezo se entremezclaban con tiernas hojas verdes y los colores de los árboles florecidos se esfumaban en la lluvia con matices sutiles.
Yanusari Kawabata, Lo bello y lo triste. (Emecé Editores)
Entre el amplio repertorio de obras artísticas, musicales o literarias que encontramos relacionadas, si no en el ámbito estructural, sí en la esencia, recordé el otro día el ciclo de canciones (lieder) llamado "Die Winterreise" ("Viaje de invierno") con música de Franz Schubert y letra de Wilhem Müller.
Son un total de 24 canciones en las que un hombre, no correspondido con el amor de una muchacha, recorre paisajes invernales en soledad, en los que predomina, lógicamente, el frío, la desolación, la oscuridad...De hecho, en todo el ciclo, sólo sale una persona: un organillero con el que se cruza.
Mañana de Tormenta
¡Como ha desgarrado la tormenta el manto gris del cielo! Las nubes, hechas jirones, se agitan en cansada lucha.
Y lenguas rojas de fuego se interponen entre ellas¡ Eso es una mañana semejante a mi corazón!
En el cielo ve mi corazón dibujada su propia imagen. ¡No hay mas que invierno! ¡Invierno, frío y salvaje!
Dibujo: "Frio y nieve" (Dinastía Tang)
Der stürmische Morgen Wie hat der Sturm zerrissen Des Himmels graues Kleid ! Die Wolkenfetzen flattern Umher im matten Streit.
Und rote Feuerflammen Zieh'n zwischen ihnen hin; Das nenn' ich einen Morgen So recht nach meinem Sinn !
Mein Herz sieht an dem Himmel Gemalt sein eig'nes Bild -Es ist nichts als der Winter, Der Winter kalt und wild !