Por
una de esas casualidades que nos acontecen diariamente, me encontré hace unos
días con un libro que no conocía de una autora francesa que tampoco conocía. En la
estantería de poesía francesa de la biblioteca de Albacete había un pequeño
libro, con pequeños poemas, poesía minimalista, micropoemas, algunos de ellos
muy cercanos al haiku. El libro en cuestión se llama “Los treinta y tres
nombres de Dios” y son treinta y tres poemas mínimos de la escritora francesa,
ya fallecida, Marguerite Yourcenar.
Indagando
por internet, se descubre que la autora tuvo una gran conocimiento de la
cultura oriental y más concretamente del zen. Suya es esta frase que llamó
especialmente mi atención: “Tengo varias religiones, como tengo varias patrias,
de manera que en cierto sentido no pertenezco quizás a ninguna.” En este libro póstumo parece, como
he leído, que la autora pretende hacernos ver la presencia de la divinidad,
cualquiera que sea su nombre, en lugares, cosas o sentimientos fuera de los
tradicionales edificios al uso.
III
la nuit,
dans un île.
Viento
del mar,
durante
la noche,
en
una isla.
XI
L’herbe
L’odeur de
l’herbe
La
hierba
El olor de la hierba
XXX
Soleil levant
sur un lac
encoré à demi
gelé
Sol
naciente
sobre
un lago
todavía
helado
a
medias.
Gracias por tu descubrimiento, amigo. Curioso nos resulta que cientos de pretendidos poemas de determinados poetas pretendan pasar por haikus y así los califiquen y otr@s que sin decirlo explícitamente logren justo eso mismo: la esencia del haiku y con toda humildad lo califiquen de minipoemas...
ResponderEliminarUn abrazo,
Barlo
Gracias, Barlo por tus comentarios y apreciaciones, que suscribo plenamente. :-)
ResponderEliminarUn abrazo.