Estamos en clase de
Lengua. Primeros días de otoño. Hacemos un dictado en silencio. De vez en
cuando, se escucha el viento. De repente, una niña dice “¡Están lloviendo
hojas”. Nunca lo había escuchado, pero es verdad. Las ventanas de nuestra clase
dan a un patio con cuatro árboles. El césped ya está casi cubierto de hojas y,
hoy más que nunca, caen las hojas amarillentas de los árboles. ¡Están lloviendo
hojas! Esa frase totalmente lógica para la mentalidad infantil, abierta a las
emociones de la naturaleza. Una mentalidad que se sigue emocionando con la nieve, con la lluvia, con
la caída de las hojas, con los charcos…Y en ello estamos también nosotros…En no
perder esa emoción…o en recuperarla.
lluvia
de hojas…
en
el poyo de la ventana
una
hoja seca
Muy bueno, Antonio.
ResponderEliminarGracias por dejar testimonio de esa hermosa expresión infantil: "¡Están lloviendo hojas!"
Y es así, sencillamente así.
De igual modo, apoyo tu exhortación de no perder esa emoción o en recuperarla. No perder ese niño...
Gracias, amigo.
Un abrazo.
Gracias Antonio _/\_
ResponderEliminarRecordar lo que siempre somos... niños...
Un abrazo.
¡Que gratificante sentir la inocencia de los niños! Hace muchos años, mi hijo Adrián que tenía entonces tres añitos, al abrir la venta vio por primera vez una inmensa nevada que había tapado todo, hasta los coches. Asombrado, le preguntó a su hermano qué había pasado y el mayor le contestó que la lluvia se había enfriado y se había convertido en nieve, pero él, negando con la cabeza, con los ojos abiertos como platos le dijo: ¡ Qué va, lo que ha pasado es ¡que se ha caído la luna!....
ResponderEliminarUn abrazo, kotori
Ah los niños bendita inocencia, muy hermoso Antonio, bellísimo esa " lluvia de hojas"
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a todos por vuestros comentarios. ¡Una lluvia de abrazos!
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