Vistas al Yelmo es un blog de haiku, esa pequeña estrofa de origen japonés que ha impregnado otras lenguas y que tanto tiene que decir. El nombre hace referencia a la veneración que siento por el Yelmo (casi como la que sienten los japoneses por el monte Fuji) , una de las cumbres de la Sierra de Segura jienense que durante años vi al levantarme.
Lo vuelvo a leer y me sigue encantando ese sonido amortiguado, profundo, del musgo absorviendo el agua que le golpea con distintas intensidades. Es la voz del agua, la voz del bosque... la voz de lo Sagrado -^-
Un momento perfecto.
ResponderEliminarUn haiku precioso, que trae sosiego...
ResponderEliminarUn abrazo, Antonio.
Y mientras el agua cae.me lleno del agua del manantial
ResponderEliminarGracias, amig@s!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. ;-)
Lo vuelvo a leer y me sigue encantando ese sonido amortiguado, profundo, del musgo absorviendo el agua que le golpea con distintas intensidades. Es la voz del agua, la voz del bosque... la voz de lo Sagrado -^-
ResponderEliminar¡Antoka, se me había pasado este precioso haiku!. Será porque tiene un sonido muy amortiguado por el musgo. :)
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Mercedes!
ResponderEliminarGracias, jose ángel!
Abrazos dobles. ;-)
Muy hermoso. Qué de matices. Esa tarde que parece caer como el agua y su sonido. Amortiguada sobre la suavidad del musgo. Estupendo.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Gracias, tomodachi!
ResponderEliminarOtro abrazo de vuelta. ;-)