Pasar todos los días, o
casi todos, por el mismo sitio permite ver cómo cambia el paisaje en cada
estación en esta inmensa llanura. Los cuatro colores de La Mancha: el blanco de
la escarcha invernal, el marrón otoñal de la tierra labrada, el verde primaveral
de los cultivos que nacen y las hierbas silvestres y el amarillo estival, un
amarillo seco, casi brillante al principio y al final del día, un amarillo que
se pierde en el horizonte manchego, ya segado, ya por segar…
sobre
el campo sin segar
y
sobre las alpacas*
el
sol de junio
* según el DRAE, el
término correcto sería “paca”, aunque el vocablo más extendido por La Mancha es
“alpaca”. Fardo de forraje.